3 A.M

No tengo ganas de escribir, pero escribo,
aun sabiendo que a nadie le gusta el estilo.
Sabiendo que cada letra mi desánimo explota,
aunque al final del día a poca gente le importa.
Maldito final del día, siempre tengo miedo.
Regreso al terror intrínseco de la oscuridad y el monstruo.
Temo a mi mala mitad, al exterior, al tiempo.
¿Qué tengo que hacer para tapar todos los gritos del pozo?
Que me ensordecen mientras todo está en un silencio casi cínico.
No se donde esta mi sonrisa, mi luz, mi ansioso humor, mi ritmo.
Estoy tan relajada que no encarcelo mi llanto.
Tan cansada que mis ojos ya no saben como cerrarse.
Tan estática que mi sangre empieza a latir bajo.
Tan inútil como mis sabanas al intentar consolarme.
Pero es solo un momento, una débil caída de mi trono.
No tengo tiempo para compadecer a mi cigarro.
Tengo que volver a ponerme mi corona de hielo roto.
A organizar mi delirio, antes de volver a liarlo.
...
Despierto desorientada de tanto volar.
Joder... ¿Qué noche podré volver a soñar?



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