EL CUERVO Y LA LOBA

Se cuenta, que cuando la luna alumbró por primera vez la noche,
ellos no habían percibido en sus pechos la quemazón del fuego.
Que cuando sobre el mar no habían desembocado aun los ríos,
ellos soñaban con entender porque era atractivo el desapego.

Surcar la medianoche era sencillo,
Aullar al amanecer carecía de sentido.
Mirar el horizonte le parecía aburrido,
y rugir agresiva no tenía cometido.

Oh viejos seres de noche poseídos por almas, que no sabían que era el amor.
Si tan solo una pequeña lluvia de esperanza les hubiera hablado del otro,
quizás el sol no hubiera sido tan insolente y les hubiera evitado tanto dolor.
Aunque a veces para sentir bien el corazón de alguien hay que verlo roto.

Uno tenía el talento de brillar, pero prefería mantenerse apagado,
mientras la otra relucía aunque en su interior solo había oscuridad.
Parecía un desequilibrio absurdo, estúpido, horroroso, inhumano.
Que ambas criaturas vivieran separadas por envidia de la soledad.

Pero el destino es cómico a veces, y...
dejó que desde lo profundo de la tormenta sus manos se pudieran tocar.
¿Os lo podéis imaginar?
Había ventisca, truenos, terremotos alrededor,
pero ellos solo se preocupaban de verse mejor...

La loba jugueteo alegre, saltando, brincando, cayéndose de la emoción.
El cuervo la miro aleteando sus plumas con ganas de sentirla más cerca.
Ella se quedo tumbada...quieta, mirándolo cantar y mostrando su corazón.
Él la arropo con sus alas, ella le lamió el rostro haciendo la noche amena.
Haciendo que cada copo, cada hoja, cada brisa... Fuera única,
Que cada sonrisa fuera un regalo que quitara sus amarguras.

Y si me preguntáis... ¿Hace cuanto fue aquello?
No sabría responderos.
Pues el mundo se volvió eterno para ellos.
Aunque hubiera un principio, no habría un final,
Aunque hubiera miedo, habría muchísima paz.

Ahora quiero que...
En la oscuridad del bosque,
escuchéis atentos a la noche,
aullar a la loba y al cuervo volar,
Porque en cada luna... se vuelven a encontrar.