SINDROME DE ABSTINENCIA

Me daban miedo las jeringuillas,
tan agudas, siempre tan invasivas.
pero aun así lo hacia.
Sufría de politoxicomania hasta que apareciste artisticamente propuesto,
y te volviste la sustancia mas adictiva que tuve el placer de desnudar.
Mientras olías mi pelo y me agarrabas para asegurarte un reencuentro,
yo respiraba eufórica y ansiosa con mis pupilas a punto de dilatar.
Tan hermoso,
tan peligroso.
Cada beso me atrapaba y se convertía en la morfina de mis trastornos.
Eras tan desadaptativo que al minuto te odiaba y a la hora quería más.
Pero la tolerancia que conseguí fue tanta, que todo me parecía poco.
Siempre por la noche esperaba tu dosis de alteración, descontrol y paz.
No se contestarte que no,
no puedo decirte que yo,
aun me rió de la situación
en la que estamos los dos.
Sigo sufriendo de flashbacks con tal nitidez que aun rondas mi cabeza.
Por mucho que te expulse de mi mente, con mi cuerpo todavía te deseo.
Me distorsionas, me matas, me tientas y con tu mirada me dejas ciega.
Inevitablemente volveré a caer, porque eres el juego mas loco que tengo.
Tu eres tan efímero
que me das vértigo,
Tremendamente cuerdo y lunático,
Necesito tu dosis diaria de apático,
Eres mi cafeína, mi cocaína,
mi estimulante, mi nicotina.
Eres aquella gota de alcohol que caía por mi cuello aquella madrugada.
Eres el síndrome de abstinencia que a mi existencia ha dejado truncada.





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