LA MITAD OSCURA

Llevo tiempo rozando lo oscuro y extraño.
Más de mil horas pensando en como dejar de razonar.
Son las tres AM para el mundo pero yo acabo de despertar.
Y giro en un continuo de bien y de engaño,
el engaño de prometer mantener la compostura y no reducirlo todo a cenizas.
Admito que en mi cabeza siguen viviendo Thanatos y Eros, las dos mellizas.
Hay una dualidad escrita desde antes de mi renacimiento,
que me obliga a escuchar el ruido para apreciar el silencio.
Necesito negrura para huir de la luz,
ansió lluvia para apagar todo este calor,
pretendo crear amor que anteceda al dolor
y deshacerme sin destreza de mi virtud.
Las risas de la tarde en verano se transforman en espadas de mi invierno.
El dialecto de mi cuerpo te hace saber cuando atacar o cuando retroceder,
pero aun te cuesta saber como actuar ante esta repetición que te da miedo.
No sabes si brillo, si tiemblo, si caigo, si puedes usarme para ti una y otra vez
o si debes correr lejos del fuego, del carnero, de la intensidad del sándalo,
ya que esto parece un Jekyll y Hyde muy moderno para considerarlo relato.

Cada mañana me miro en el espejo resquebrajando a dos almas muy oscuras,
poco diurnas,
demasiado impuras,
corporalmente corruptas,
de sociedad vagabunda
y tan diferentes que me abruman.
Pero no puedo parar de cambiar de traje,
de conversación y sobretodo de ambición,
ya que es tan practica y desolada la visión,
que no quiero decir "no" a mi Yo salvaje.
Ayer ganó la conciencia, era mi versión tierna. Mi voz austera y mi mirada correcta, llena de aquella vitalidad tan coqueta, que te pareció tan ligera.
Hoy soy un demonio con tacones rojos nada sobrio, que te mira con ojos curiosos, mientras te desnuda rabioso, descubre tu torso y tus pensamientos pecaminosos.
¿Y mañana?
¿Seré villana?
Yo que coño se que pasará al amanecer,
quizás la mitad oscura vuelva a aparecer.




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