ENTRE LA LOCURA Y LA NIÑEZ

Estoy en la tierra de los jardines de papel,
de colores frágiles, rosa, morado y pastel.
Se me eriza el pelo al sentir los relojes retroceder.
Mis labios son armas más fuertes que cualquier alfiler.
Disparo a las burbujas de cristal en mi pequeña bañera,
ya que me aburro y mojada quiero iniciar una guerra.
Sobrevivo en una especie de letargo intrahumano que me hace soñar.
Me llamas psicópata, pero el psicólogo no me dijo que debiera parar.
Así que continúo mezclando sangre con batidos de chocolate.
En este monopoly tú serias el banquero pero yo el magnate.
Comparas mi cara con la de un ángel apunto de practicar pecados.
Me dices que tienes miedo pero quieres seguir a mi lado drogado.
Esto parece un “Freak Show” para ti y una obra de teatro para mí.
Prometí mantenerme cuerda pero creo que entre caricias te mentí.
Si tuviera tu cabeza me asustaría, toda esa demagogia que parece acertada.
Así que prefiero desvariar en mi masacre mental mientras me siento alocada.
Dame tregua o dame muerte, pero sé que dentro de tu odio hay amor.
Por eso no te vas y sigues avivando nuestra llama apagada con carbón.
¿Cuál es mi descripción?
Doctor dame una solución.
Pues se me va la cabeza al pensar en muertos a mí alrededor.
Necesito gritos para no morir de inanición por favor.
Aun puedo ver los vagos copos de nieve congelarme los pies y sonreír.
No tuve una vida clara, había sitios en los que estaba sola, sin sentir.
Tapaba las heridas, con mentiras chuches y purpurina,
pero crecían las espinas en mi vida sobre las margaritas.
Hasta que lo mande todo a hacer gofres de Toffe y fresas.
Me desnude, palidecí, me teñí y me volví muy traviesa.
Perdí el cerebelo en alguna tienda llena de luces de colores,
Y me olvide de los humanos porque me daban retortijones.
Quizás sea una niña, quizás no.
Quizás este loca o igual no.